Daniel 6:24-25 (RV 23-24)

Daniel 6:24-25 (RV 23-24)

¿Está usted acabando con la prueba, o está la prueba acabando con usted? 

Observe los siguientes versos:

Daniel sacado; enemigos sentenciados 24-25 (23-24)

"Entonces se alegró el rey en gran manera a causa de él, y mandó sacar a Daniel del foso; y fue Daniel sacado del foso, y ninguna lesión se halló en él, porque había confiado en su Dios"

"Y dio orden el rey, y fueron traídos aquellos hombres que habían acusado a Daniel, y fueron echados en el foso de los leones ellos, sus hijos y sus mujeres; y aún no habían llegado al fondo del foso, cuando los leones se apoderaron de ellos y quebraron todos sus huesos"





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La comparación de la versión Reina Valera con el original arameo nos muestra una traducción excelente de estos versos. Más adelante trataremos un par de palabras cuyo significado es bueno ampliar. 

Observe que "Daniel fue sacado del foso, y ninguna lesión se halló en él, porque había confiado en su Dios". 

¡Aleluya!

Una de las más tremendas pruebas que un creyente haya pasado en la Palabra de Dios fue la que Daniel experimentó pasando la noche entera en un foso de fieras salvajes. No sólo por la prueba en sí, sino por cuanto el castigo le fue aplicado por su relación con Dios. Y el Señor, el mismo Dios que él había seguido adorando pese al edicto real, permitió que este castigo le alcanzara. Esto es muy importante para nosotros, porque es vital en el conocimiento de Dios: Él no nos va a librar de muchas de nuestras pruebas, sino que va a estar con nosotros en medio de ellas. 

La Palabra nos dice que Daniel fue sacado sin ninguna "lesión". Esta palabra es la traducción del arameo "khabál", que también aparece en Daniel 3:25 (aludiendo a daño físico o psíquico) y en Esdras 4:22 (aludiendo a daños de tipo económico o político) Las pruebas que pasamos en nuestras vidas pueden estar amenazando no sólo nuestra salud, sino nuestra seguridad, nuestra economía, nuestra familia, nuestra salud mental, nuestro país... Sería una larga lista si fuésemos a enumerar todas las posibles formas en que una prueba nos puede afectar. Pero Daniel salió de la prueba sin ningún "khabál". No fue dañado por los leones de modo físico, y no fue dañado por la prueba en su espíritu tampoco. En el pasaje anterior puede notar su respuesta al rey, en la que proclama la salvación que su Dios había obrado en él, y su inocencia. El profeta no estaba solamente sano físicamente; estaba EN VICTORIA. 

¿Cómo salir de una prueba en victoria?

La Palabra nos muestra en el ejemplo de Daniel una razón: "porque había confiado en su Dios". "Confiar" es la traducción del arameo "amán", que significa "creer" o "tener fe en". Este verbo es el mismo en hebreo - es el usado en Génesis 15:6 - y corresponde al griego "pistiúo", el "creer" de Juan 3:16. La mayor parte de las veces es traducido como "creer". Hay otro verbo en hebreo, arameo y griego para "confiar". 

¿Por qué leemos "confiar" en Reina Valera?

"Creer" significa "dar por cierta una cosa que no está comprobada o demostrada" (por fe) "Confiar" significa "tener confianza, seguridad". Esta es la traducción que se da al hebreo "batákh" en Salmos 91:2, al arameo "rekháts" en Daniel 3:28 o al griego "píto" en Romanos 14:14. 

Daniel no sólo "creyó en Dios". La Escritura nos dice que esto también lo hacen los demonios. Hay una diferencia entre la fe intelectual que confirma una declaración, el "amén" con que respondemos a algo que damos por cierto y correcto, - que es también fe, dicho sea de paso - y la "confianza" o "seguridad" que nos lleva a poner nuestra vida en manos del Dios en el cual creemos, al cual hemos dicho "amén". Esto es lo que reconoció Nabucodonosor en los amigos de Daniel que había echado al horno de fuego ardiente, cuando dice que Dios libró a sus siervos que "confiaron" en Él. Y es la misma medida de fe de Daniel, que confió su vida en manos de Dios. 

¿Cree usted en Dios solamente, o tiene puesta su confianza en Él?

La confianza en Dios que mostraron Daniel y sus amigos en Babilonia es la clave del porqué el Señor Jesucristo mismo intervino para salvarles. Pero vivimos en días en que esta clase de fe no es común. Esto está profetizado en la Escritura, y aún tiene un tiempo para cumplirse, el tiempo en que estamos viviendo. Observe la segunda epístola a Timoteo, capítulo tercero (versos del 1 al 5)

"También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos"

"Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita"

Hombres de esta clase fueron ante Nabucodonosor para acusar a los amigos de Daniel, que se negaban a adorar la estatua de oro. También fueron ante Darío de Media para manipularlo y hacerle firmar una ley que era una trampa para Daniel. No es casual que cuando Daniel salió victorioso, el rey mandó a buscar a sus enemigos y a echarlos a ellos mismos a los leones, con sus familias. La Palabra de Dios dice, "El que hiciere hoyo caerá en él; y al que aportillare vallado, le morderá la serpiente" (Eclesiastés 10:8) El mal que ellos planearon contra Daniel les alcanzó a ellos mismos, a sus mujeres y a sus hijos. 

Hay una guerra espiritual contra los hijos de Dios, en la cual los espíritus inmundos (ver NOTA al final) tratan de apartarnos del Señor, de la guianza del Espíritu Santo y de la fe en Jesucristo. Al igual que los malvados babilonios que fueron ante Nabucodonosor y ante Darío de Media a acusarlos para hacerlos caer, hay un diablo malo que nos acusa delante de Nuestro Dios y Padre. Pero el fin de este ser maligno y de sus seguidores es el infierno, como lo demuestra la Escritura. De igual modo que los enemigos de Daniel en Babilonia terminaron en el foso de los leones, nuestros enemigos espirituales terminarán en el infierno por la eternidad. 

No importa cuál fuera la prueba por la que usted pueda estar pasando, esta prueba TERMINARÁ. El Dios que nos salva saldrá siempre en victoria, porque Él es el Todopoderoso, y los demonios que nos acusan serán derrotados, porque Dios envió a Su Hijo a salvarnos, no a condenarnos. El fin de la prueba no es su destrucción, es probarle (por eso se llama "prueba") No importa cuál sea la prueba; ¡créale a Dios! Él es Poderoso para socorrer a los que son tentados. 

Si aún no ha recibido a Cristo como su Señor y Salvador, ¡no espere más! El deseo de Nuestro Padre es que ninguno se pierda, sino que todos procedan al arrepentimiento. Del mismo modo que el rey se alegró en gran manera por causa de la salvación del profeta, hay gozo en el reino de los cielos cuando un pecador se arrepiente. ¡Reciba a Cristo, y sea libre de las asechanzas del maligno! 

Que el Señor le bendiga. En el amor de Cristo, su hermano

Israel Leonard

PS. ¡Cristo viene pronto!


NOTA: 

El pecado no tiene poder contra la sangre de Cristo, por cuanto los instigadores del pecado fueron vencidos en la cruz.

Col 2:13-15 dice, "Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz"

Los "principados y las potestades" son rangos de ángeles caídos, demonios o espíritus inmundos - los tres términos son equivalentes; vea Lucas 10:17, "Señor, aún los demonios se nos sujetan en tu nombre" - expresión de los discípulos - y Lucas 10:20, "Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos" - la respuesta del Señor, llamando "espíritus" a los demonios. También Mateo 12:24-27 muestra que en el reino de Satanás él es el "príncipe de los demonios", llamados "sus ángeles" en Mateo 25:41 y Apocalipsis 12:7, 9. Los ángeles son espíritus, ya sea los que sirven a Dios o los caídos - demonios - que sirven a Satanás.  

Estos "espíritus que siguen a Satanás" son los ángeles que se rebelaron junto a él contra Dios, y están condenados al infierno al igual que él. 2 P 2:4 dice, "Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio", confirmando Mateo 25:41, "Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles", donde Nuestro Señor muestra que el infierno fue hecho para ellos, y Apocalipsis 20:10, "Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos". 

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