Daniel 6:17-18 (RV 16-17)

¿Está usted manipulando a Dios?

Daniel 6:17-18 (RV 16-17)

"Entonces el rey mandó, y trajeron a Daniel, y le echaron en el foso de los leones. Y el rey dijo a Daniel: "El Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, él te libre"

"Y fue traída una piedra y puesta sobre la puerta del foso, la cual selló el rey con su anillo y con el anillo de sus príncipes, para que el acuerdo acerca de Daniel no se alterase"




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Si comparó con el original arameo habrá notado una buena traducción, con unas pequeñas diferencias que explicaremos con el favor del Señor. "Sus príncipes", como vimos en la historia de Belsasar, no son exactamente los hijos del rey sino sus "oficiales" o "nobles". "Rabrebanóhi" en arameo viene de "rabrebán" que significa "oficial", "grande", "noble". 

"Él te libre" es el deseo del rey para con Daniel, hablando de su Dios. Este verbo es traducción de "yeshezbinákh", en tercera persona y tiempo futuro, con sufijo de segunda persona. La tercera persona en futuro sería "él librará"; con el sufijo de segunda persona, "él te librará a ti". Esta conjugación del verbo "shezib" del arameo (librar o salvar) es irregular y un caso único, por lo cual muchas traducciones tienen "él te librará" - como una profecía - en lugar de "él te libre" - como un deseo, que parece más acorde con lo que narra el capítulo. ¿Tenía el rey sólo un deseo de que Dios librara a Daniel, o hizo sin saberlo una confesión de fe? Esta es una de las cuestiones cuya respuesta muchos tendremos en la eternidad. 

En estos versos se consuma la conspiración contra Daniel, que es echado al foso de los leones para ejecutarlo. El foso de los leones es el lugar donde éstos eran encerrados cuando no eran utilizados por el rey.  En tiempos antiguos, en la corte se usaban bestias feroces para entretenimiento, o para soltarlas y ser cazadas por el rey y sus nobles. No hay que creer ni por un segundo en leones "domesticados" o "de circo". Los leones del foso desayunaron como reyes al final de este capítulo, con los enemigos de Daniel. Cuando el profeta persitió en sus oraciones y devociones diarias, sabía que estaba escogiendo una posible muerte, y aceptó el sacrificio de su persona antes de abandonar a Dios. 

En el mensaje anterior hablábamos acerca de la diferencia entre "sacrificio" y "manipulación". Daniel, al igual que Nuestro Señor Jesucristo, escogió el sacrificio. Y también al igual que el Señor, fue salvado por Dios. 

¿Qué significado tiene esto para nosotros hoy? 

Efesios 5:2 nos dice, 

"Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante". 

Este verso presenta a Nuestro Señor como "ofrenda", del griego "prosforá", y "sacrificio", del griego "tusía". Esta última palabra alude a la acción de presentar un animal para ser sacrificado por nuestros pecados, o al animal mismo. "Prosforá" incluye los "sacrificios" de sangre y también otros tipos de "ofrenda", ya sea de granos, cualquier tipo de objetos o dinero. Los verbos "sacrificar" y "ofrendar" son en griego "túo" y "prosféro", de las mismas raíces de "tusía" y "prosforá". 

Ahora bien, "Cristo se entregó a sí mismo por nosotros como ofrenda y sacrificio", y el mismo verso nos manda a "andar en amor... como Cristo nos amó". Cristo nos amó al extremo de dar su vida por nuestra salvación. Por supuesto que dar nuestras vidas para morir en una cruz no salvaría a nadie, porque sólo Cristo ha tenido este ministerio en toda la historia de la humanidad, el Salvador. ¿Cuál es entonces nuestro sacrificio y ofrenda?

El de Cristo fue la muerte en la cruz. Y el Señor mismo nos dice en Lucas 9:23, 

"Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame"

¿Cuál es su "cruz"?

Uno de los modos de saber qué es algo, es descartando lo que no es. Posiblemente usted, como yo, toma café por las mañanas, desayuna yogurt con cornflakes o müsli, y algún tipo de sándwich. Esto no es ningún sacrificio. Todas estas cosas son "alimentos", saben bien y tienen efectos positivos en nuestro organismo. No he oído nunca a alguien que diga que "va a sacrificarse" tomando un buen desayuno. 

Cuando hablamos de "sacrificio" generalmente aludimos a algo que no nos gusta hacer, o que es muy difícil, o que hacemos sin esperanza de un resultado, o que ocasiona dolores y sufrimiento... El sacrificio de Cristo incluía ser acusado injustamente, ser maltratado y humillado en extremo, cargar una cruz con todos los dolores del maltrato hasta una colina, ser crucificado allí y morir. Nadie hubiera "escogido" para sí mismo este sacrificio, sino sólo Él, a quien el Padre llamó en la eternidad, y que dijo, "envíame a mí". 

¡Gracias a Dios! Porque Él escogió este sacrificio, la salvación llegó a nosotros, y por lo mismo, nosotros no somos "sacrificados" por nuestros pecados. Nuestros "sacrificios" y "ofrendas" son de un orden distinto, y aparecen en varios versos de la Palabra de Dios. 

Observe estos versos: 

"Mas os he escrito, hermanos, en parte con atrevimiento, como para haceros recordar, por la gracia que de Dios me es dada para ser ministro de Jesucristo a los gentiles, ministrando el evangelio de Dios, para que los gentiles le sean ofrenda agradable, santificada por el Espíritu Santo"

Romanos 15:15-16

"Y aunque sea derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y regocijo con todos vosotros"

Filipenses 2:17

Los versos de Romanos nos muestran que Pablo ministraba el evangelio para que sus convertidos fueran una "ofrenda agradable, santificada por el Espíritu Santo". Y en Filipenses vemos la misma idea en el mismo lenguaje simbólico: el servicio y la adoración que proviene de la fe de los convertidos es una ofrenda sobre la cual Pablo "es derramado en libación" - es decir, de la cual el apóstol también es parte. 

Para comprender ambos versos es imprescindible ir al concepto de ofrenda y sacrificio que tenía el judío y ex-fariseo, quien llegó a ser el judío cristiano Pablo, cuando habla de estas cosas, de las cuales él era experto conocedor. Las ofrendas eran "santificadas", consagradas para Dios y tratadas ritualmente para que cumplieran su propósito - Levítico 1-7 tiene varios ejemplos del modo de proceder. La "libación" es una ofrenda de vino que acompañaba al sacrificio y era derramada ante Jehová (Números 28:7) Ambas cosas, ofrenda y libación, son tratadas de modo simbólico para los creyentes del NT y significan "lo que nosotros ofrendamos". 

Lo que Cristo ofrendó fue a Sí mismo, y de igual modo, Pablo trata nuestra fe como el hecho de "ofrendarnos" para Dios. Pero si no podemos ser crucificados, porque esto no tendría ningún valor, ¿cuál es nuestro sacrificio?

Romanos 8:29 dice, "Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos"

Este verso habla de los escogidos para salvación, "predestinados". A los que recibirían a Jesucristo como Señor y Salvador, Dios les predestinó un camino: "ser hechos conformes a la imagen de Su Hijo". La salvación que Dios nos regaló en la muerte de Su Hijo encuentra un pecador que se arrepiente y se vuelve a Dios. Pero, de ahora en adelante, ¿qué hacer?, ¿cómo vivir?

Para ser hechos conformes a la imagen del Señor necesitamos el Espíritu de Dios. Lo que la Palabra de Dios dice para nosotros, la voz de Dios, es revelado por el Espíritu Santo. Y en la Palabra hay varios versos que tratan de nosotros como "sacrificio" y de nuestros "sacrificios". 

Romanos 12:1,2 dice, "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta"

Este pasaje nos insta a: 

- presentar nuestros cuerpos en "sacrificio vivo". Esto es notable. Los "sacrificios" eran quemados en el altar; llevar un animal para sacrificio era llevarlo a morir por nuestros pecados. No sabemos de ningún becerro que regresó del tabernáculo y le contó su experiencia a los compañeros de la manada, "ayer fui sacrificado". ¿Cómo puede un "sacrificio" ser "vivo"? Gracias a Dios que nos da las pautas en la continuación de la epístola. 

- no conformarnos a "este siglo" ("aión", edad, siglo, enorme período de tiempo) Esta palabra se usa generalmente por Pablo para describir los tiempos en que vivimos en una tierra llena de pecado y bajo el control de Satanás, en contraste con el paraíso y con el Reino Milenial que traerá Nuestro Señor; equivale al "mundo", la parte de la humanidad que rechaza a Dios y sus caminos (en Gálatas 1:4 especifica que "este siglo" es malo) 

- ser transformados mediante la renovación de nuestro "entendimiento" (del griego "noós", que significa entendimiento, mente, razonamiento, intelecto, pensamiento) Nuestra mente debe ser cambiada para pensar como Cristo (1 Corintios 2:16) si queremos conocer los pensamientos de Dios. 

Del conocimiento de la voluntad de Dios para con nostros, expresado en estos versos, se desprende una vida diferente, la vida de Cristo en nosotros a través del Espíritu de Dios. Esta "nueva vida", como es llamada por la Escritura (Romanos 6:4) implica morir al pecado (por eso somos en cierto modo un "sacrificio") y vivir para Cristo, lo cual podemos leer en Romanos 6 (todo el capítulo) Efesios 4 nos muestra que esta vida implica el fin de las contiendas y el perdón de unos hacia otros, del mismo modo que Dios nos perdonó. También implica dejar de mentir y blasfemar, usar nuestra boca para hablar verdad y alabar a Dios (Colosenses 3)  

Dejar de vivir en pecado y vivir conforme a nuestra nueva mente (la mente de Cristo) nos lleva a servir a Dios - como Él lo hizo - y alabarlo. Hebreos 13:15 dice, 

"Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre"

Alabar a Dios es un "sacrificio" que ofrecemos. No importa si uno "se siente" con deseos de alabar o no, si uno cree que Dios lo está tratando en justicia o si está siendo demasiado duro con uno. Nos hemos desposado con el Señor (2 Corintios 11:2) por lo cual debemos alabarle "en pobreza y en riqueza", "en salud y en enfermedad", "para bien o para mal". Hay un enorme poder en la alabanza, que se desata de modo especial cuando alabamos en las condiciones en que nadie lo haría (como Pablo y Silas en prisión en Hechos 16)

Un último ejemplo - por ahora - de "sacrificio" son nuestras ofrendas monetarias. Observe los versos siguientes: 

"Pero todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis; olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios"

Filipenses 4:18

Pablo hablaba a los Filipenses de las ofrendas que ellos le habían enviado. Uno de los motivos de que ofrendamos es que los siervos de Dios que nos ministran la Palabra necesitan un salario. Otros muchos incluirían los gastos que implica el templo, la obra de la iglesia con los necesitados, y otros. 

"En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas"

1 Corintios 16:1-2

Este ejemplo es de la ofrenda que Pablo recogía en otras iglesias para llevar a Jerusalén. La bendición del cristianismo entre los gentiles provenía de los judíos en Jerusalén, donde nació la iglesia (Romanos 15:27) por lo que Pablo predicaba que era justo bendecir económicamente a la iglesia de Jerusalén. 

En un mensaje anterior (Daniel 5.18-19) hablábamos de algunas de las celebraciones religiosas judías, en las cuales se agradece a Dios por sus bendiciones y por la salvación que ha obrado para con Su pueblo. Las tres principales están instituidas por Dios en la Biblia, y pueden leerse en Deuteronomio 16 (la Pascua, la Fiesta de las Semanas - o Pentecostés - y la Fiesta de los Tabernáculos) Observe ahora Deuteronomio 16:16-17, un pasaje de este mismo capítulo donde el Señor llama a ofrendar: 

"Tres veces cada año aparecerá todo varón tuyo delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere: en la fiesta solemne de los panes sin levadura, y en la fiesta solemne de las semanas, y en la fiesta solemne de los tabernáculos. Y ninguno se presentará delante de Jehová con las manos vacías; cada uno con la ofrenda de su mano, conforme a la bendición que Jehová tu Dios te hubiere dado"

¿Se presenta usted ante el Señor cada día, o cada domingo, o tres veces al año, o en Navidad y Pascua?

¿Sacrifica usted alabanza, alaba y bendice a Dios aún cuando está pasando por dificultades? 

¿Ha "sacrificado" usted su persona con respecto al pecado, ha  consagrado usted su espíritu, alma y cuerpo para servir a Dios y no a Satanás?

¿Ofrenda usted para Dios, de lo que Él le provee para su existencia?

¿O ESTÁ USTED MANIPULANDO A DIOS?

Permítame explicarle el por qué del contraste en la última pregunta. Vivimos en un mundo "relativo", de "tonos grises", en el cual "blanco y negro", "bien y mal", "Dios y Satanás" no están en la manera de pensar de la mayoría de las personas. Este mundo no tiene la mente de Cristo. 

Pero Dios no está sujeto a este "siglo malo". El Señor ha establecido siempre a través de toda la historia de la humanidad lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto, desde que ordenó para Adán y para Eva lo que podrían y lo que no podrían hacer. También hizo lo mismo con Noé, con Abraham, con Moisés y los profetas en el AT, y con Nuestro Señor Jesucristo y sus apóstoles en el NT. Dios no ha dejado nunca de hablar, y no ha dejado nunca de llamar a los seres humanos que creó para que le sigan y se salven. En este sitio hemos tratado en varias ocasiones acerca de oír la voz de Dios (puede por ejemplo leer los mensajes con título Daniel 4:10-13 y Daniel 5:18-19)

Hay muchos modos de manipular a Dios. Para algunos, "Dios es bueno y salvará a todas las personas". Pero este "universalismo" es una mentira de Satanás. Si Dios salvara a genocidas y terroristas sin que se hubiesen arrepentido de sus pecados, especialmente del daño que han hecho a los demás seres humanos, Dios no sería especialmente "bueno". La bondad sin justicia no existe. Para otros "hay muchas formas de interpretación bíblica, y todas pueden ser ciertas". Mejor harían en pedir el Espíritu Santo, porque torcer las Escrituras es el modo más seguro de irse al infierno por cerrar los oídos a la voz de Dios. Por último, hay quienes "siguen a su corazón", y hacen cosas o no porque "lo sienten" - más espiritualmente, "porque tienen un sentir del Señor". Permítame decirle que tomar el nombre del Señor en vano es un pecado, y que su corazón es engañoso y perverso. Yo vivo en el convencimiento de que mi corazón es engañoso y perverso, por eso no lo sigo. Sigo a Cristo. Él me dio Su Espíritu para librarme del mal, incluyendo el mal de mi propio corazón. 

Hay mil maneras de no hacer lo que Dios manda. Pero la obediencia se mide en blanco y negro. Si su jefe le pregunta, ¿terminaste la tarea que te dí? hay sólo dos respuestas: sí o no. Si ha teminado el 99%, NO HA TERMINADO. 

Muchas personas no quieren manipular, sino que lo hacen porque saben que han fallado conforme a las expectativas de Su Padre Dios para con ellos. Déjeme decirle, yo también. Déjeme decirle, aún el gran apóstol Pablo decía que él también estaba "incompleto" (vea Filipenses 3.12-13) Pero Dios no nos condena por haberle fallado. Dios nos ha adoptado en Su familia como hijos suyos. Sabemos que todos los niños que están aprendiendo a caminar se caen, los que están aprendiendo a hablar dicen disparates y los que están aprendiendo fútbol pueden romper los cristales de las ventanas. El solo hecho de haber pecado, de haberle fallado al Señor, no necesariamente nos acarrea la condenación. 

¿Qué hacer para no caer en condenación?

Desde tiempos inmemoriales Dios sabía que íbamos a pecar, y preparó una salvación, un modo de librarnos de nuestros pecados. Hay una puerta de entrada a esta salvación, que se llama "ARREPENTIMIENTO". Esta palabra viene del griego "metánoya", que significa "arrepentimiento", "cambio de mente", "cambio del hombre interior". La mayoría de las personas entienden por arrepentimiento el hecho de deplorar algo impropio que han hecho, y los más nobles incluyen ir a la persona implicada y pedirle perdón por el daño causado. Pero "metánoya" va aún más allá. "Arrepentirse" para con Dios implica el reconocimiento del pecado, el hecho de solucionarlo si se puede, y una parte muy importante, LA DECISIÓN de no volverlo a cometer. El pecado al que se vuelve una y otra vez implica que no hay un "arrepentimiento" verdadero. El verdadero arrepentimiento está en las palabras de Nuestro Señor a la mujer sorprendida en adulterio, "Ni yo te condeno; vete, y no peques más". Este es el "sentir de corazón" de Dios: Yo te perdono, pero ARREPIÉNTETE (no cometas adulterio nunca más) 

Cristo no vino a condenar a este mundo, vino a salvarlo. Si aún no ha recibido a Cristo como su Señor y Salvador, ¡hoy es el día! No espere más. El Señor le está esperando con los brazos abiertos para decirle, "yo te perdono". 

En el amor de Cristo, su hermano

Israel Leonard

PS. ¡Cristo viene pronto!

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